El documental nace de una búsqueda personal de respuestas de su director German Doin, pero esas grandes dudas conectaron con el sentir de muchos colectivos implicados en la educación. Como él mismo nos comenta, “lo que hice fue llevar a fondo esa busqueda de modelos alternativos a la escuela tradicional y compartirla con el mundo”.
El interés sobre estas cuestiones se hizo evidente a nivel mundial desde el principio. La producción de la película no dependió de ninguna entidad pública o privada, fue posible gracias a la financiación colectiva (crowdfunding) y los resultados superaron ampliamente las expectativas. No solo lograron financiar la totalidad de la película, sino que superaron las previsiones y obtuvieron miles de seguidores y ansiosos espectadores mucho antes de rodar e incluso de tener un guión. Tres años después la película acumula cerca de 12 millones de reproducciones y más de 900 proyecciones independientes.
Los datos son reveladores: el objetivo de hacer visible en el mundo estas otras visiones sobre la escuela y abrir el debate sobre la necesidad de un cambio en el sistema educativo imperante está más que logrado. Pero como el propio German reconoce, en ese proceso de investigación “el objetivo ha ido creciendo y se ha hecho más complejo”. Todas esas vivencias y su acercamiento a esta diversidad, le llevaron a crear junto a Franco Iacomella (docente e investigador, defensor de la educación y el software libres) lo que consideraban una necesidad: la red de educación alternativa, hoy conocida como Reevo.
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